No me analices no voy a cambiar

Soy una mujer dominada por objetivos estrictamente mentales, sin que eso quiera decir que no sea inteligente y despierta.  Los títulos universitarios múltiples no me fascinan ni impresionan; uno es suficiente para ganarse mi respeto. Tengo una mentalidad práctica, el sentido común y la capacidad de entender lo fundamental de cualquier tema. Mi pensamiento es práctico y sólido, sin adornos ni demostraciones de calistenia mental. Tengo los pies bien plantados en la tierra, y en mis firmes talones no hay el menor indicio de que puedan asomar alas.No me vas a conquistar con lo que hace todo el mundo o estimulandome mentalmente, me harías bostezar. Seria muy raro que me encuentres acomodando en un jarrón unas cuantas flores artificiales. Para mi las flores deben ser reales y tener su propia textura o fragancia. En primavera y en otoño, enormes ramos de retama y dulcamara, y en verano llenare la casa de grandes dalias y crisantemos. Mi perfume será por lo común exótico y persistente, aunque algunas veces prefiero la fragancia de un cutis y un cabello limpio hasta la exageración. Me conmueve n las sábanas recién lavadas e impregnadas del suave olor del sol, o el aroma delicioso del pan que se cuece en el horno. Me levanta el ánimo el olor del diario de la mañana, la emanación embriagadora del pasto recién cortado después de una lluvia de primavera, la de una vela de cera al arder o el humo que se eleva de una pila de hojas otoñales. Los olores desagradables me afectan con la misma intensidad, aunque en sentido opuesto. No me gustaría tener en mi casa un zorrino, aunque lo hubieran desodorizado. Los sonidos armoniosos y los efectos visuales bellos me atraen como un imán.